miércoles, 18 de agosto de 2010

MITOLOGIA HACERCA DE LOBOS


El aspecto maléfico del mito del lobo lo asocia a las tinieblas, a los infiernos, al pecado, al engaño, a la violencia; a la voracidad (lobo) y la concupiscencia (loba). Este fue el significado promulgado por los cristianos, que lo asocian con el diablo, y el culto al mismo en la Europa medieval. Será un obstáculo en la ruta del peregrino para los árabes y, en ocasiones, también para los hindúes.

Sin embargo, en su aspecto benéfico, el lobo es un símbolo de luz, un símbolo celeste, asociado a divinidades solares como Apolo. Representará las cualidades de fuerza y valor, y aparecerá en numerosos mitos fundacionales de ciudades, dinastías y clanes.

La noción del lobo como guerrero enfurecido, fuera de sí, aparecerá en Roma, asociado al dios Marte, pero también entre los pueblos del norte de Europa en la forma de los berserks, y como símbolo de iniciación en sociedades guerreras de todo el mundo.

La loba encarnará la divinidad ctónica, la fecundidad, y frecuentemente aparecerá como nodriza de personajes importantes en la historia de los pueblos que le rendirán culto.

Por último el lobo, como otros cánidos, será asociado a la muerte y a los infiernos, así como al descenso hacia la oscuridad iniciática. G. Durand señala que existe una convergencia entre la mordedura del cánido y el temor al tiempo devorador, Cronos, devorando el tiempo humano, y los astros que éste emplea para medirlo. Sin embargo, es también el aspecto luminoso del lobo el que conduce no sólo a los muertos, sino a las almas de los vivientes, por el camino adecuado, para evitar su extravío, o bien haciéndoles superar diversas pruebas, actuando a un tiempo como guía y guardián de los misterios que entraña la oscuridad en la que él ve.

El mito del licántropo, del hombre transformado en lobo, del que aquí se muestran algunas trazas, se tratará en una sección a parte, debido a su extensión y profundidad.

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